Yo no te estoy olvidando. Al contrario, no puedo hacerlo, estoy recordándote casi cada diez minutos, cada que me sirvo otra copa de vino, cada vez que hablan de Hermosillo, cada vez que como ceviche, cada que destapo otra Pacífico, cada vez que voy a Tijuana, cada que paro en ese retén militar, cada vez que me preguntan por ti; además no quiero, ni siquiera teniendo la oportunidad de hacer lo que Joel y Clementine. Lo único que quiero hacer es superarte, poder recordarte sin esos ataques de tristeza y coraje, poder decir yo fui muy feliz con ella, sin lamentar que no estemos juntos, evitar que tu nombre se deslice por mis labios.
Hacía tiempo que no soñaba contigo. La semana pasada sucedió, pero me di cuenta de que era un sueño (casualmente sólo sucede cuando discutimos). Anoche soñé contigo otra vez, y ese no es el problema, no es soñar con que regresas de Hermosillo y todo es como antes de que te fueras, no es verte hasta en mis sueños, ni que luzcas tan hermosa como siempre, tampoco es que tu piel se sienta tal y cual, sino ser feliz contigo y despertar sólo para darme cuenta que ya no estás, que como bien escribí en tu canción, nunca volverás, que no eres real, que eres exactamente eso, la mujer de mis sueños.
Hace un año exactamente co-protagonizábamos Aló. Este año lo hicimos de nuevo, sólo que un par de meses antes.