Anoche fui al Rodeo, solo (es incidentalmente/involuntariamente terapéutico). Todo que el Vale ya nos tenía superidentificados. Durante meses, entre él y yo no existió diálogo distinto al de las especificaciones con las que le pedía mi taco. Ayer fue diferente. ¿Y tu novia?, me preguntó. No pude evitar reírme. Me dejó, contesté. Su gesto fue de un chin' ya la regué, para después agregar: Con razón ya casi no vienes. Me acuerdo que siempre se sentaban ahí (señalando las distintas mesas en las que solíamos comer tú y yo).Estoy completamente dispuesto a dejarte ir. El problema es que aún no estoy en la etapa decisiva de mi duelo, y este semestre definitivamente me toparé contigo. Tal vez ahí es donde venga el declive. Que venga.
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