Cuando uno está enamorado no ve muchas cosas, corrección, no quiere ver muchas cosas.
En mi caso tomó alrededor de cinco meses aceptar que tú eres esta, la de ahorita, que la mujer que me dio los días más felices en lo que va de mi vida, desapareció cinco días después de aterrizar en Hermosillo, y jamás regresó.
Todo estaba ahí, desde noviembre, el único mes en el que le hice frente, e incluso vi el final. Sin embargo tú decidiste que la nueva Paloma debía quedarse, y quería a Luis a su lado. A partir de ahí me volví loco y bloqueé cualquier idea de ruptura, aún sabiendo que ambos nos estábamos engañando.
Lo más triste fueron todas esas señales tan claras del eminente final. El perfecto ejemplo es tu línea del 11 de enero, sí, el día de nuestro aniversario. Más claro, imposible.
Todo por ser tan pendejo y creerle a un soldado.
A penas ayer abrí los ojos, platicando con la Karen. Gracias, es por demás.
Ahora no me queda más que asimilarlo. Ahora no queda más que tú y yo, fuimos novios.
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